Quijornabirding

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viernes, 30 de marzo de 2018

Embalse de Los Arroyos.


    En ésta ocasión voy a abandonar nuestro pequeño término municipal y recomendar la visita a un pequeño embalse que se localiza a unos 30 minutos en coche de nuestro pueblo y que nos permitirá salir de nuestro entorno habitual y acercarnos al mundo de las aves acuáticas. No es un entorno de naturaleza salvaje ni mucho menos pero sí un lugar interesante para visitar.

Vista del embalse con Navacerrada al fondo. 

- Cómo llegar:  El Embalse de Los Arroyos se encuentra en el término municipal de El Escorial, concretamente junto a la “Urbanización Los Arroyos” que se localiza entre las localidades de El Escorial y Galapagar. Desde la carretera M-505 que une ambas localidades tomaremos el desvío señalizado que se encuentra junto al puente que atraviesa la cola del Embalse de Valmayor. Si llevamos navegador buscaremos la Calle Treinta y Uno (El Escorial). Esa calle se convierte nada más entrar en un camino de tierra que nos llevará, unos pocos metros más adelante, a una explanada que sirve de aparcamiento para el Restaurante “El Naútico”. Accederemos a la presa por un sendero dejando el restaurante a nuestra derecha.



- Qué veremos: La pequeña presa tiene una diseño singular con unas plataformas que se extienden perpendicularmente. El embalse es pequeño con los márgenes cubiertos de carrizo y excelentes vistas a la Sierra de Guadarrama. Desde la presa se divisa también la parte final del pantano de Valmayor y, dependiendo del año hidrológico, la balsa de agua del mismo estará más o menos cerca.






   El entorno está muy humanizado con las viviendas de la urbanización muy próximas y suele haber bastante gente paseando y montando en bicicleta por los senderos. También es frecuente encontrar gente pescando y practicando piragüismo, actividad para la que hay un pequeño embarcadero junto al restaurante.


Acceso a la presa, al fondo el Monte Abantos. 
   
- Qué hacer: Recomiendo un pequeño recorrido de 2,5 Kms. (5 Kms. ida y vuelta) ascendiendo desde el embalse hasta los Embalses de las Lagunas I y II. Para ello atravesaremos la presa y tomaremos los senderos ascendentes que discurren paralelos a un pequeño arroyo entre encinas y fresnos. Según ascendemos tendremos los muros de piedra de fincas ganaderas a nuestra izquierda y los chalets de la urbanización a nuestra derecha y aunque hay múltiples senderos, no hay posibilidad de pérdida si no perdemos de vista el arroyo.

     Llegaremos a un primer embalse con una pequeña presa que se puede atravesar andando y que generalmente no suele tener agua. Si seguimos ascendiendo llegaremos al embalse II que tiene dos pequeñas represas con dos pequeñas balsas de agua. Es un lugar tranquilo rodeado de fincas ganaderas y adecuado para descansar un rato y comer algo. El camino de regreso será el mismo pero podemos cambiar de senderos porque todos acabarán llevándonos al Embalse de Los Arroyos.


Embalse de las Lagunas II. 

Embalse de las Lagunas II. 

- Interés ornitológico: He visitado en múltiples ocasiones este embalse y no voy a realizar un exhaustivo listado de especies avistadas. El que tenga interés puede consultar el listado de aves recogidas en la base de datos de eBird para éste lugar.
     Aunque no es un lugar de gran riqueza ornítica, sobre todo en lo que a especies acuáticas se refiere, destacaría la presencia habitual de Avetorillos invernantes y la abundancia de páridos, mosquiteros, currucas y carpinteros en el bosque circundante.  
     A continuación he recogido una pequeña selección de fotografías que he podido realizar en mis visitas a este lugar:

Garza Real (Ardea Cinerea), posada en el pretil de la presa. 
Cormorán Grande (Phalacrocorax Carbo) macho en plumaje de verano. 
Gallineta Común (Gallinula Chloropus).
Zampullín Común (Trachybaptus Nigricollis).
Rascón Europeo (Rallus Aquaticus)
Avetorillo Común (Ixobrychus Minutus). Macho adulto. 
Avetorillo Común (Ixobrychus Minutus). Juvenil.
Avetorillo Común (Ixobrychus Minutus). Juvenil.
Zampullín Cuellinegro (Podiceps Nigricollis). Plumaje invernal. 

Cormorán Grande (Phalacrocorax Carbo) en plumaje de invierno. 

    Prestando atención quizás podáis encontrar alguna ardilla saltando entre las ramas de los árboles, como éste ejemplar que tuvo a bien dejarse fotografiar a escasa distancia.


Ardilla Roja (Sciurus Vulgaris).

  Con buen tiempo también es fácil observar un gran número de Tortugas y Galápagos tomando el sol, la mayor parte de ellas especies invasoras introducidas por el hombre (como la Tortuga de Florida) que están acabando con las especies autóctonas.



   Y esto es todo por hoy, si os animáis a visitar este lugar podéis dejar un comentario con vuestra experiencia. 

Hasta pronto. 

jueves, 15 de marzo de 2018

Crónica de un 10 de Marzo.




    Tras una semana de intensas lluvias la mañana del sábado ha seguido lloviendo con fuerza. Poco después de comer, me asomo a la terraza al ver como, por un claro en el cielo, asoman una tímidos rayos de sol. Los campos encharcados llenan de reflejos el paisaje ya predominantemente verde.

     El cielo cubierto amenazaba con más lluvia y dudé si salir o no salir. Pero como no me preocupa demasiado la posibilidad de mojarme, me animé a dar un corto paseo hasta el Arroyo de los Morales que es, casi, casi mi backyard. Cojo los trastos de mirar y salgo rápido de casa, enfilo el Camino de Navalcarnero y al primer Colirrojo Tizón le falta tiempo para venir a saludarme. 

     El claro en el cielo hace tiempo que se cerró y un molesto viento frontal me invita a subir hasta arriba la cremallera de la chaqueta. Veo de reojo las amenazantes nubes, la cosa no pinta bien, pero me distraigo observando a una pareja de Milanos Reales que me sobrevuelan. Aún no he llegado al arroyo y descubro, volando a media altura, al primer Vencejo del año al que rápidamente pierdo de vista. 

     Ya en la arboleda del arroyo no hay ni un pájaro a la vista y sí un silencio inusual, el viento parece haber cesado,…se está fraguando la tormenta perfecta. El cauce está desbordado como hace tiempo no veía y no puedo vadearlo sin mojarme los calcetines por lo que decido cambiar mi recorrido habitual y me dirijo hacia la urbanización a ver qué se mueve por los huertos. Comienza a chispear.





    Avanzo hacia el oeste por el Cordel de Los Morales y dos Jilgueros se levantan a mi paso posándose en un arbusto. Un alborotado Mirlo se acerca volando entre los árboles directo hacia mi cabeza, al verme hace un quiebro en el aire y se refugia en las zarzas, en las que no había visto a un pequeño bando de Gorriones Morunos. Los machos muestran ya el plumaje nupcial en todo su esplendor. Mientras observo el bando escucho a mi izquierda el reclamo de una Curruca Cabecinegra que no alcanzo a ver pero que enseguida se levanta del suelo. Un poco más lejos el macho de la Tarabilla Común también luce sus mejores galas.

     Entro en la Urbanización, no se ve un alma como de costumbre y comienza a llover, pero no lo suficiente para que un aguerrido pajarero renuncie a su paseo. Cubro mi cabeza con un sombrero, coloco la cámara a resguardo y tapo los oculares de mis viejos Minox que en otras peores se han visto. El reclamo de dos Escribanos Trigueros rompe el silencio de la tarde. Diviso a uno de ellos que canta, en lo alto de una encina, su repetitiva y chirriante cantinela. Aunque estoy demasiado cerca, no parece que mi presencia le incomode lo suficiente para dejar de cantar.

    En las vallas de alambre que delimitan las parcelas y encajonan el camino veo un bando de Verdecillos, el verde de los machos destaca sobre el fondo cada vez más gris y más difuminado por la lluvia. Y hay más movimiento: Gorriones Comunes, más Verdecillos y Pinzones rebuscan por el suelo húmedo y entre ellos atrae mi atención la nerviosa y diminuta presencia de un Mosquitero Común. En los árboles, todavía desnudos pero con las yemas ya a punto de brotar, Torcaces, Estorninos y Cornejas se acomodan previendo el chaparrón. 

    La lluvia arrecia. Se impone ir regresando a casa. Vuelvo sobre mis pasos repitiendo el mismo camino en sentido contrario. Giro hacia el Camino de Navalcarnero y ahora llueve mucho. Pero mucho, mucho. Las botas y la ropa impermeable parecen aguantar bien y continúo seco, pero el fuerte viento ha resucitado permitiendo a la lluvia sortear el ala del sombrero y golpearme con fuerza en la cara. Sigo avanzando a buen paso y veo, con tranquilidad (relativa), como chorrea el agua por los prismáticos. 

    Una corneja sobrevuela la loma casi a ras de suelo y mentalmente reescribo el refrán: cuando llueve del carajo el grajo también vuela bajo. Y en el punto por el que acaba de ocultarse la Corneja entreveo algo que parece la silueta de un pájaro grande posado en el suelo. Por allí he visto posado a un Ratonero más de una vez. Cuando estoy más cerca levanto los prismáticos empapándome las manos inmediatamente y entre el agua que ha entrado en los oculares y la densa lluvia no alcanzo a distinguir absolutamente nada. 

   Continúo caminando, voy secando como puedo los oculares y vuelvo a pararme a mirar al pajarraco. Parece estar agachado como si la lluvia le empujara hacia el suelo, es bastante grande y parecen atisbarse dos manchas blancas a los lados. Aunque apenas puedo verlo apostaría a que se trata de un Águila Imperial.

      Sigo camino adelante con más esperanzas de llegar pronto a casa que de poder acercarme mucho más al Águila que sigue a mi derecha en lo alto de la loma. Mi experiencia me dice que las águilas adultas no se dejan acercar demasiado. Pero cada vez estaba más cerca y el ave no parecía tener intención de marcharse. Llegué a preguntarme si realmente podría levantar el vuelo con la que estaba cayendo. Cuando llegué al punto más próximo al pájaro (siempre sin abandonar el camino)  me dije a mi mismo que si el Águila aguantaba la lluvia estoicamente yo no iba a ser menos y me senté en la cuneta a observarla. Ahora estaba bastante cerca y era evidente que me encontraba frente a un magnífico y empapado ejemplar adulto de Águila Imperial que, aunque me miraba de vez en cuando, no parecía prestarme especial atención. Permanecía tranquila posada sobre una piedra y sólo realizó un leve amago de lanzarse sobre una Urraca que empezaba a importunarla. Bastó el amago para que el córvido tomara distancia. 

    Dudé si sacar la cámara de fotos porque se iba empapar y por nada del mundo quisiera tener que volver a padecer la lentitud del Servicio Técnico Oficial de Nikon. Pero parecía que la lluvia se calmaba un poco y decidí arriesgarme. Las primeras fotos salieron muy mal, aunque el Águila no estaba demasiado lejos, la imagen salía difuminada por la lluvia y la escasa luz.





     Pero poco a poco la lluvia aflojaba y empezó a abrirse un claro a mi espalda que mejoró sensiblemente las condiciones de luz. Incluso un bonito arco iris empezó a dibujarse sobre la loma...aquí explico un poco como estaba la cosa. 




     Ahora sí, quizás, podría conseguir alguna foto medianamente digna. Disparaba una fotos y secaba el objetivo cuidadosamente para evitar que se mojara demasiado y esto es lo que salió….





   Cuando la lluvia paró del todo y mientras secaba de nuevo el objetivo intuí lo que iba a pasar. No pude ni llegar a encuadrar la imagen cuando el Águila levantó el vuelo sin esfuerzo, gracias al fuerte viento que ascendía por la ladera y se fue volando pausadamente. 



    Miré como se alejaba hacia el sur y, antes de levantarme con el culo lleno de barro, fotografié a una Cogujada Montesina casi tan empapada como yo.  




   Retomé el camino. Iba mojado pero contento con lo visto esa tarde y la llegada a casa todavía me depararía otra sorpresa. Mi vecino, el Mochuelo que vive en mi jardín desde hace más de un año, salió volando como tantas veces por debajo de un olivo. Pero esta vez no estaba solo, le acompañaba un compañero/a…a ver si, con un poco de suerte, este año tenemos mochuelitos.


   Hasta otra.




sábado, 3 de marzo de 2018

Aves de Quijorna. (Febrero 2018).





Que no me digan a mí
que el canto de la cigüeña
no es bueno para dormir.

Si la cigüeña canta
arriba en el campanario,
que no me digan a mí
que no es del cielo su canto.

Rafael Alberti. Nana de la Cigüeña.



     “Por San Blas la cigüeña verás” predecía esa sabiduría popular decantada durante siglos de convivencia en y con la naturaleza. Pero lo cierto es que en nuestros días las cigüeñas llegan mucho antes e incluso un gran número de ellas ni siquiera nos abandona en otoño, permaneciendo en nuestros campanarios durante todo el invierno. Cambian los tiempos y con el tiempo, cambiarán los refranes.

     A finales de Febrero, las aves van desplegando una mayor actividad y comienzan a verse las primeras persecuciones más o menos amorosas (por lo general menos) y alguna ruidosa disputa territorial.
      La soleada tarde del día 24 avisté la primera Golondrina Común del año en vuelo decidido hacia el norte. La llegada de los migrantes más madrugadores nos anuncia el pronto inicio del período reproductor. Y aves residentes pero casi invisibles el resto del año como el Azor, comienzan a hacerse visibles. La búsqueda de pareja obliga. El despliegue de los vuelos de exhibición prenupcial les empuja a abandonar la cobertura vegetal del bosque y a volar en cielo abierto.

    Las Totovías, aunque no dejaron de cantar en todo el invierno, comienzan a entonar sus interminables letanías en erráticos vuelos y, mientras tanto, la Bisbita Pratense, que pronto abandonará nuestros campos, rebusca en el sembrado aún húmedo por el rocío de la mañana.

Alondra Totovía. (Lullula Arborea).


Bisbita Pratense (Anthus Pratensis).


     La temporada de caza ha finalizado y los conejos, ya más tranquilos, se encuentran en pleno período reproductor. Los jóvenes gazapos se asoman desconfiados a la boca de la madriguera observados por el Milano Real, que los sobrevuela a media altura. Difícilmente conseguirá atrapar a alguno a no ser algún ejemplar debilitado o enfermo. 


Milano Real (Milvus Milvus).


      Las tareas agrícolas se reactivan este mes y los campo de cultivo se convierten en lugares de reunión para las aves en busca del alimento que el arado desentierra. Grupos de Lavanderas Blancas, Bisbitas, Escribanos Trigueros, Palomas y Tórtolas no tardarán en responder a la llamada del tractor para acercarse enseguida a la tierra removida. Prestando atención entre las muy abundantes Tórtolas Turcas, Palomas Torcaces y domésticas puede observarse algún ejemplar de la mucho más escasa Paloma Zurita.

Lavandera Blanca (Motacilla Alba)
Escribano Triguero (Emberiza Calandra).
Tórtola Turca (Streptopelia Decaocto) y Paloma Zurita (Columba Oenas).


     Entre las aves frecuentes y aun a riesgo de resultar repetitivo, me cuesta trabajo no colgar alguna foto del Jilguero Europeo con su siempre espectacular plumaje. El ejemplar de la foto bebía confiadamente en el reguero renacido, gracias a las últimas lluvias, del Arroyo de Los Morales. También los Pardillos, en numerosos y ruidosos bandos, se han dejado ver y fotografiar este mes.

Jilguero Europeo. (Carduelis Carduelis)
Pardillo Común. (Linaria Cannabina).


     Pero quizás el avistamiento más interesante de éste mes sea el de un ejemplar de Búho Real que descansaba en una rama junto al tronco de un árbol. A pesar de haber escuchado su canto en alguna ocasión ésta era la primera vez que avistaba la especie dentro de nuestro término municipal. No fue difícil distinguir su enorme silueta a pesar del casi perfecto mimetismo de su plumaje. Conseguir una foto decente fue más complicado, semioculto como estaba entre las ramas y a contraluz.

Búho Real. (Bubo Bubo).


   Y para despedir el mes una bonita foto de un Mosquitero Común, que revolvía nervioso entre las ramas de un arbusto. Un macho de Curruca Capirotada con su plumaje todavía húmedo después de tomar un baño. Una Cogujada Montesina y una Grajilla, posada en la grúa amarilla que vemos a diario desde la carretera cuando llegamos a nuestro pueblo.

Mosquitero Común. (Phylloscopus Collibita)
Curruca Capirotada. (Sylvia Atricapilla).
Cogujada Montesina. (Galerida Theklae).
Grajilla Occidental. (Corvus Monedula).

   Y, como siempre, si quieres consultar los listados completos de aves avistadas en Quijorna en los últimos días puedes consultarlos en eBird pinchando aquí.

   Hasta pronto.